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Ed. Impresa MUNDO CONVERGENTE
Nuevo Estado: Sudán del Sur
Por Stanislaw Czaplicki - Periodista Invitado - 19/07/2011
Actualmente existen en el mundo 242 Estados y territorios dependientes. 193 Estados tienen reconocimiento internacional general, mientras 10 Estados no lo tienen, pero son independientes de facto y definidos como Estados por el derecho internacional consuetudinario de la Convención de Montevideo.
Sudán del Sur, cuya independencia fue proclamada el 9 de julio 2011, durante una ceremonia oficial en Juba con presencia de los líderes extranjeros, tiene reconocimiento internacional como Estado y nace de la cesión de un Estado existente –Sudan– como resultado de una guerra civil prolongada entre el norte musulmán y sur cristiano.
Para los más de 8 millones de ciudadanos del Sudán del Sur, el día de la proclamación fue memorable y emotivo. El pueblo del Sudán del Sur expresó su alegría públicamente. El Sudán del Sur (con capital Juba) nació a pesar de la oposición de Sudán (con capital Jartum) y gracias a un voto mayoritario en el referendo que se llevó a cabo en enero 2011. Sudán del Sur es un país extenso que tiene una superficie de 620.000 kilómetros cuadrados, pero menos de 100 kilómetros de carretera pavimentada.
Durante la segunda guerra civil sudanesa, que duró 20 años fueron asesinados aproximadamente 1,9 millones civiles en el sur, y otros más de 4 millones fueron desplazados de sus hogares.
Los combates se han reanudado en mayo del presente año. Esta vez las hostilidades iniciadas por Jartum buscan no tanto impedir la independencia de Juba, sino de ponerse en posición de fuerza para las negociaciones futuras sobre petróleo, nacionalidad sudanesa y delimitación de las fronteras. No hay que olvidar que 75 a 80 por ciento de la producción petrolera de Sudán viene de los campos que se encuentran en el sur y estos recursos representaban 56 por ciento del presupuesto del Sudán del Norte en 2009. Desde los acuerdos de paz de 2005, los ingresos de petróleo son divididos en partes iguales entre Jartum y Juba.
Los combates actuales tienen también otra razón: la definición de la nacionalidad sudanesa. El Movimiento Popular de Liberación de Sudan (MPLS) tiene fuertes bases en el norte. Todas las personas étnicamente sudistas, pero nacidas en el norte están, hoy día en una situación difícil. Jartum quiere deshacerse de los sudistas, mientras ellos no son bienvenidos en el Sudan del Sur, tampoco.
El optimismo que debería acompañar el nacimiento del nuevo Estado está empañado por la guerra que no acaba de terminar, pobreza y una situación desastrosa de salud pública. El país tiene la tasa de mortalidad materna más elevada del mundo. Según las estimaciones, el analfabetismo entre las mujeres sobrepasa el 80 por ciento. La mayoría de la población vive con menos de un dólar por día, varias enfermedades curables siguen siendo endémicas, la mortalidad infantil es muy elevada y el hambre es un peligro constante. Estos desafíos serían abrumadores ya para un gobierno bien establecido. Para un nuevo gobierno que recién pone en funcionamiento sus instituciones el camino por delante equivale a subir una enorme montaña.
La cooperación internacional bilateral como también la de las Naciones Unidas puede jugar un gran rol, así mismo como la diplomacia internacional. “Nuestro propósito es destacar la obligación internacional de apoyar al pueblo del Sudán del Sur en sus esfuerzos por construir una nación estable, fuerte y en última instancia próspera” – dijo Ban Ki Moon, Secretario de la NNUU en la ceremonia del 9 de julio 2011. Lo prometido, deuda.
El autor es comunicador social
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